No sabía que al aceptar aquella solicitud estaba aceptando el inicio de
una nueva historia, aquel día comenzaba una historia llena de comedia, romance,
drama y un poco de acción, esa historia que me iba hacer tanto reír, como
llorar. ¡Pero que va!, me hacía tan feliz. No sabía cuánto me iba a costar no
hablarte más, Si todas las noches eras tú con quien solamente hablaba. Siempre
me haces llevar a la cama una sonrisa antes de dormir, nada más queria hablar
contigo porque tú eras la única persona que me hace sentir bien, y al despertar
eras tú con la primera persona con la que quería hablar. Cuando estabas en línea
sabía que mi día mejoraría. Porque tan solo ese: “–Hola, ¿Cómo estás?” Era el
inicio de pláticas interminables, que el reloj solía detenerse cada que tú
aparecías, con cada palabra, con cada buen momento, y ahora, al pasar el
tiempo, cada día menos mensajes, menos platicas, ahora esas conversaciones son
fugaces, cuando eran increíbles y únicas. Como podíamos pasar horas y horas platicando
de cualquier cosa, de tonterías que nos hacían reír, que de tan solo imaginar moríamos
de risa, pero ahora ya nada, no queda nada, solo un simple recuerdo, tan solo yo
aquí extrañándote. Ahora nos cuesta saludarnos, cuando lo que nos costaba antes
era despedirnos... De haber sabido que al aceptar esa solicitud dejarías una
huella en mí, en mi mente y en mi corazón, créeme que la volvería aceptar a pesar
de todo. Que viviría una y otra vez todo aquello tan hermoso que paso, porque a
partir de que llegaste a mi vida mis días llevaban tu esencia, tenían color, tu
nombre estaría todo el tiempo en mi cabeza. Pero también dejaste un gran vacío
en mí, en mi mente y corazón con tu partida. Que al ver las cicatrices, que nos
hicimos daño, me gustaría haberla rechazado, para no habernos lastimado… Sabes
eso me confunde, confunde por que no estas y yo aquí pensándote. Ahora somos
tan solo dos extraños que se conocen perfectamente.
Escritor: Isaac Navarrete
Escritor: Isaac Navarrete